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De un ejemplo práctico a la filosofía y la necesidad de asumir criterios científicos


Fragmentos y comentarios sobre la verdad del libro “Buscar la filosofía en las ciencias sociales” de Mario Bunge

Parte A: Del hecho a la teoría,

La investigación


Comentario introductorio:

de un ejemplo práctico a la filosofía y la necesidad de asumir criterios científicos


Hace unos días se inició internamente (no por el groups FEUos) una polémica en torno a la publicación de un comunicado de la parte estudiantil de la nueva Comisión Comedor que deslindaba del fracaso del nuevo sistema de manejo del ingreso planteado por Ysla, el jefe de OBUAE, porque este, aunque partía de una experiencia exitosa, no consideraba las particularidades de la UNI como son sus horarios y el numero de trabajadores que se diferencian al caso de la Agraria.


Más allá de si debió o no salir y del error de los comisionados de no enviar el borrador a FEUos para su debate, se observó una situación que muchas veces se repite en los miembros del grupo (propio del proceso de formación, aunque repetitivo y al parecer de nunca acabar) que se observó con el cuestionamiento al grado respecto al grado de exactitud de la hipótesis planteada por unos sobre el fracaso de la propuesta de Ysla y la de otro sector que, aun reconociendo que tendría debilidades, sería acertada y solucionaría el problema de las colas, por tanto debería esperarse a ver los resultados.


Para defender la segunda hipótesis alguien manifestó que desde su experiencia individual había muchos que tenían clases en las tardes y que por eso habría al menos cierto grado de éxito. Desde la otra propuesta se argumentó que era evidente (la evidencia empírica al observar lo que sucede todos los días) que los horarios de la Agraria (por grupo) acentúan y crean una hora pico y que por eso definitivamente la congestión se mantendría y más bien habrían horarios vacíos como fue que se observó el martes cuando se fue a preguntar al comedor de cómo iban los horarios, del cual se supo que el horario de 1:00 – 1:30 y 1:30 – 2:00 ya se habían llenado y que más bien el de las 11:30 – 12:00 tenía vacíos. Aun así, se dio otro argumento hacia la segunda propuesta: que existe un grupo de estudiantes que aun no teniendo clases de 11:00 – 1:00, espera a sus amigos para almorzar y con ello contribuye a que se genere una hora pico. Esto con el nuevo sistema, se minimizaría y por tal, el nuevo sistema tendría éxito.


Para reforzar y dar contundencia a esta segunda propuesta en la reunión informal se preguntó a alguien presente para tratar de defender la posición de que existe un grueso de estudiantes que tiene clases en las tardes a lo que fue respondido con una negativa. Posteriormente se preguntó a alguien de la Facultad de Economía y Estadística porque supuestamente esta dicta, en su mayoría, clases en la tarde y de que siendo la facultad más numerosa su impacto en la dinámica de las colas seria significativo. La respuesta fue negativa: que casi todos los días se tenía clases hasta la una. Con ello se dejó de argumentar la defensa de esta segunda propuesta. Aunque la polémica no culminó pasando más bien a otro nivel.


El caso en cuestión es un ejemplo del subjetivismo individualista, corriente (no necesariamente institucionalizada) que defiende la creación de verdades a partir de la experiencia individual y que considera la practica personal como factible de generalizarse a una mayoría (en nuestro caso, a casi 2000 estudiantes).


Repito, la intención de este artículo (de momento) no es finiquitar la polémica ni ramificarla a la discusión del comunicado o de quién(es) fue quién planteó tal propuesta o aquella (puesto que el mismo tipo de criterio es defendido, conciente o inconcientemente, por varios. No se trata de individuos sino de actitudes fácilmente compartidas), sino citar un ejemplo practico para a partir de este entender las desviaciones en la forma de construir una proposición verdadera a partir de hechos concretos. La manera de obtener datos de la realidad y ver el grado de aporte al entendimiento de un hecho concreto a partir de cada dato: grado de aporte. Solo así, aplicando criterios científicos mínimos (y supuestamente nos estamos formando como tecnólogos y la tecnología fundamenta su practica desde la ciencia) podríamos construir una tecnología social realmente científica en el gremio y la universidad y, por qué no, en la sociedad.


No somos tecnólogos sociales (que repito, es lo que somos) pero por necesidad nos formamos en este campo, es por ende natural que carguemos errores, los reproduzcamos, difundamos y sin conocer otra propuesta, los defendamos… o aprendamos otros. Por ello ponemos a disposición una herramienta pocas veces valorada: la filosofía, en particular, la epistemología. Más particular aun, la del mayor epistemólogo de nuestro siglo: Mario Bunge quién aun acompaña a las generaciones y de quien tenemos mucho que asimilar (así como depurar, aunque menos). Los fragmentos abajo reproducidos han sido tipeados porque no se encuentran en internet, no obstante, como siempre, lo pongo a disposición de los interesados. Así mismo, los artículos serán enviados en tres partes.

Propio de alguien que siente pasión por la política, seguramente (si se inicia una polémica y quienes han decidido el mudismo y sordismo hacia las criticas abiertas, superan este infantilismo) habrán respuestas efusivas, mas si tenemos la capacidad de discernir la pasión de lo objetivo, creo que habremos avanzado individual y colectivamente y con ello estaremos en capacidad para aportar maduramente al movimiento estudiantil de la Agraria y, por qué no, al movimiento popular que tanto lo necesita.


…empezando estamos.


Página 139


5. La verdad


En la subcultura posmoderna la verdad ha pasado de moda, y la metáfora, el mito, la convención, el consenso, el poder y la negación son lo popular… Los que consagran a la investigación científica, tecnológica o humanística, buscan la verdad, o más bien verdades, por parciales que sean, y desafían el consenso cada vez que se presentan con verdades originales.


Si la verdad fuera inalcanzable, la comunicación no tendría sentido no tendría razón de ser, porque todo mensaje transmite, presupone o descubre alguna verdad (o falsedad). Hasta un grito de ayuda presupone que alguien está en peligro… Y quien quiera que diga de buena fe que la verdad es un espejismo cree que esta proposición es verdadera, con lo que se contradice… De ahí que tanto la negación de la posibilidad de verdad -es decir, el escepticismo radical- como la aseveración de que toda verdad es una mera convención son, en el mejor de los casos, juegos académicos y en el peor invitaciones a vivir de mitos.


La verdad en general se estudia en la semántica y la epistemología. La primera verdad que deberíamos aprender de la palabra verdad es que designa cuando menos dos conceptos muy distintos: los de verdad artística y verdad científica. Un ejemplo de la primera es “Otelo estaba equivocado al sospechar de Desdémona”.


Verdad científica:

Se clasifica en formal y factual


Formal

Factual

Trata sobre

Las ideas

Hechos

Se desarrolla en

Las matemáticas

El conocimiento factual (ordinario, científico, tecnológico, humanístico)

Asignación de valores

Asigna a proposiciones carentes de referente real como:
"Si a=b, entonces b=a" y "1>0“

A proposiciones que se refieren a cosas concretas posibles o reales

Verificación

Con métodos puramente conceptuales: deducción

Operaciones empíricas

Autosuficiencia

Autosuficientes

Dependen del mundo así como de la razón

Solo las fórmulas matemáticas interpretadas en términos factuales son sensibles a los datos empíricos

* Teoría de la correspondencia (o realista) de la verdad factual

Según esta teoría una proposición es factualmente verdadera si “encaja” o “corresponde” a los hechos a los que se refiere –es decir si “corresponder” a su referente o referentes…


Lo que existe determina qué es falso o verdadero. El científico y el tecnólogo proponen; la realidad dispone.


En la ciencia, ya sea matemática o factual, se usa el concepto de “convergencia a la verdad” (en las matemáticas incluso existen métodos de aproximaciones sucesivas a la solución correcta, tales como “el método de la exhaustión” que Arquímedes usó para calcular el área de un círculo). Aun más, es un artículo de fe científica que algunos descubrimientos convergen en general, a verdades totales o casi totales.


En las ciencias y las tecnologías pululan las verdades aproximadas y se siguen encontrando datos, hipótesis y teorías cada vez más verdadero. Sin embargo, entre los filósofos hay escépticos relativistas, constructivistas, convencionalistas, ficcionistas, pragmatistas radicales y otros que niegan la posibilidad de descubrir verdades de hechos. Echemos un vistazo rápido a estas epistemologías sin verdades, que son afines al relativismo cultural (en especial al moral), según el cual no existen valores ni normas interculturales.


§ El escepticismo radical, o nihilismo epistemológico

Es lo opuesto al fundamentalismo: niega la posibilidad de encontrar verdades objetivas, en consecuencia, tampoco criterios de verdad o estándares objetivos. Para cualquier conjunto de hechos existen múltiples verdades, cada una de las cuales es más bien una construcción que una representación de una parte del mundo. Más aun, ninguna de las dos es superior a la otra: “Todo vale”.


§ El constructivismo-relativismo

Tiene dos variantes: la individualista y la colectivista


  • El constructivismo-relativismo individualista o, subjetivismo, rechaza la distinción sujeto-objeto, y por ende la hipótesis realista de que todo sujeto cognoscente está rodeado de un mundo autónomo que existe antes que él y que él puede intentar describir y comprender. En particular, la teórica feminista Fox Keller (1985) afirma –sin ofreces prueba alguna- que la distinción sujeto-objeto es solo un prejuicio machista y sexista. Los subjetivistas también sostienen que la verdad, como la belleza, está en el ojo del que las contempla. Aquí está mi verdad, allá está la tuya, y nunca se unirán. Una objeción obvia al subjetivismo es que entroniza la mera opinión, en tanto que los científicos desconfían de las opiniones y buscan proposiciones cuyos valores de verdad determinan mediante operaciones empíricas y conceptuales que pueden ser evaluadas (y por lo tanto corroboradas o desafiadas) por sus reglas.

  • El constructivismo-relativismo colectivista. Este es el punto de vista en boga de que la verdad es una construcción o una convención social, así que todo grupo social tienen su propio conjunto de verdades. La verdad es entonces coextensiva con el consenso: el acuerdo hace a la verdad, en vez de que la verdad invite al acuerdo. Así pues, en cualquier campo existen verdades femeninas versus las masculinas, de los trabajadores versus del capitalista, del blanco versus del negro, del ario versus del judío, orientales versus occidentales, etc.

El conctructivismo-relativismo difiere del ideal de universalidad que los científicos y tecnólogos adoptan en todo el mundo. También difiere de la experiencia común de que los científicos competentes pueden de manera independiente desafiar o repetir las observaciones o los cálculos que los colegas de un sexo, grupo étnico, clase social o país diferentes hicieron originalmente… Lo que si es cierto es que la ciencia está avanzada en algunas regiones o grupos más que en otros. También es verdad que algunas veces la ideología matiza la investigación científica. Pero este matiz puede detectarse con ayuda de la más general de las herramientas y por tanto la menos comprometida: la lógica.


§ El ficcionismo, sostiene que la verdad es inalcanzable, pero que esto no importa siempre y cuando pretendamos que las cosas se ven como si fueran tal o cual cosa. En otras palabras, todo el cuerpo de conocimiento humano, o al menos todo el conocimiento de los asuntos humanos, es un conjunto de ficciones. Uno de los orígenes principales del ficcionismo es el fenomenismo


§ El fenomenismo, es el punto de vista según el cual solo tenemos acceso a los fenómenos o las apariencias, nunca a las cosas reales o a las cosas en sí. En otras palabras, todo tiene la apariencia de una unidad sellada o de una caja negra cuyas entrañas nos eludirán eternamente. Yo afirmo que el fenomenismo y, con él, el ficcionismo fueron refutados por primera vez por la astronomía moderna, cuando ésta rechazó el geocentrismo del sistema planetario para ceder el lugar al heliocentrismo. Más clavos se martillaron después en el ataúd del fenomenismo y del ficcionismo con la mecánica, la genética, la psicología fisiológica y las ciencias sociales; todas ellas plantean ideas transfenomenales y a veces incluso las manipulan mediante indicadores.


§ El pragmatismo, la filosofía centrada en la acción, asevera que solo la eficiencia importa: que llamamos “verdadera” a cualquier cosa que ayude sobrevivir y a tener éxito. Esta opinión, que también era la de Nietzche y la de James, n ose sostiene en la vida diaria, donde uno está forzado a distinguir entre las mentiras blancas y los aforismos inútiles. El dogmatismo es incluso menos adecuado para la investigación científica, cuya meta final es encontrar o perfeccionar verdades. Y es igualmente inadecuado a la tecnología, que consume verdades científicas en abundancia en el diseño de artefactos útiles.


Las principales variantes del antirrealismo se analizarán más exhaustivamente en capitulo 13. Por el momento nótese que los que la defienden


a) se contradicen cuando afirman que sus puntos de vista de que no hay verdades son verdaderos;

b) pasan por alto los éxitos de los científicos al traspasar el velo de las apariencias y los de los tecnólogos al utilizar las verdades científicas; y

c) no contribuyen a la exploración del mundo en interés de establecer representaciones de él casa vez más verdades, pues si la verdad es inalcanzable no tiene caso buscarla. Así, el escepticismo radical paraliza la investigación no menos que el dogmatismo. Sólo el escepticismo metodológico ayuda a la búsqueda de la verdad. Esto es, forma parte del realismo científico, del cual hablaremos más en el capitulo 13, sección 8. ahora pasemos a una tarea constructiva.


¿Qué se debe hacer si aparece una excepción (un contraejemplo) de una hipótesis aceptada? Cuando nos encontramos con una anomalía tal, nuestra reacción hacia ella dependerá decisivamente del desempeño de la hipótesis en cuestión, así como de la compañía que tenga. Si el desempeño no es sobresaliente, y la hipótesis no está apoyada por otras generalizaciones, no tendremos reparo en desecharla – aunque, si es interesante, tal vez querramos guardarla en trasfondo de nuestra mente. Si en cambio, el desempeño de la hipótesis de la que recelamos es sobresaliente, y si además encaja con otras conjeturas suficientemente corroboradas, debemos intentar explicar la anomalía formulando una hipótesis ad hoc que dé cuenta de la discrepancia, y debemos usar preparados para mandar verificar al rescatador de manera independiente.


Una hipótesis que no es comprobable de manera independiente y que se introduce con el único propósito de salvar de la refutación a la generalización en cuestión se le llama una hipótesis ad hoc de mala fe.


Dos casos conocidos de hipótesis de buena fe son los de la existencia de los vasos capilares (Harvey 1628) y del planeta Neptuno (Leverrier 1846), entidades que, aunque visibles para los ojos, fueron a la postre descubiertas. Un ejemplo claro de hipótesis ad hoc de mala fe es la aseveración de que el altruismo en realidad es egoísta porque produce placer. Esto es un sofisma [DRAE. Sofisma. (Del lat. sophisma. m. Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso.]; su única función es proteger el principio de utilidad según el cual todos actuamos para maximizar nuestras utilidades esperadas. Otro ejemplo de hipótesis ad hoc de mala fe es la hipótesis del complejo de Edipo e hipótesis similares con respecto a la sexualidad escondida. (Si usted es hombre y ama a sus padre, esto solo prueba que usted ha reprimido el odio que le tiene. Si su último sueño no tuvo contenido sexual, o si no recuerda que su padre haya abusado de usted sexualmente durante su infancia, esto solo prueba la eficiencia de su superego para reprimir los recuerdos que la causan vergüenza.) Pero se acabó el recreo.

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